luns, 29 de xullo de 2013

LOS HERALDOS NEGROS

LOS HERALDOS NEGROS


Miércoles 24 de Julio, 10 de la mañana. Me regalan un hermoso libro de poemas de Cesar Vallejo. Los Heraldos Negros.

Miércoles 24 de Julio, a las 21 horas. Me entero de que se ha producido un accidente ferroviario muy cerca, en Angrois.

Leí en la mañana y en aquel libro: “ Hay golpes en la vida tan fuertes, yo no sé!/ golpes como el odio de Dios; como si ante ellos/ la resaca de todo lo sufrido/ se emponzoñara en el alma... yo no sé!”.

A esa hora recuerdo vivamente en la Praza do Obradoiro el poema de Vallejo. Se anuncia por megafonía un fin de fiesta que aún no comenzó.
Nos marchamos todos en silencio deseando saber lo sucedido, o quizás mejor deseando que no suceda...

Siempre estamos necesitados de explicaciones y de encontrar un culpable. Así simplificamos las razones y la conciencia.

Esos golpes “ son pocos pero son... abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en lomo más fuerte...”

Miércoles día 24 a las 23 horas. Dos conocidos han fallecido en el accidente y, una amiga de siempre, está en la Unidad de Cuidados Intensivos...

Esos golpes tan cercanos “ son las crepitaciones de algún pan en la puerta del horno que se nos quema” para siempre.

Esos golpes tan próximos nos descubren de pronto el sentido de la vida, al lado de la solidaridad y la generosidad del pueblo.
Nos indican claramente la necesidad de contar con unos buenos servicios públicos que algunos responsables, en nombre de su dios económico, se empeñan en deteriorar o suprimir.

Y el hombre... pobre... pobre! vuelve los ojos como / cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;/ vuelve los ojos locos, y todo lo vivido/ se empoza, como un charco de culpa en la mirada ...”.


¿Como escribir algo después de este infinito, en el que quedan tantas esperanzas y sueños rotos?.