martes, 25 de setembro de 2012

DON BALDOMERO


DON BALDOMERO


Paseo por la Alameda de Santiago.

A lo lejos puedo ver sentado en un banco a D. Baldomero hablado con otra persona.
Observo, desde la distancia, que esa persona no le presta atención, no aparta la vista de la fachada del Obradoiro, esta absorto en ello.

Al llegar a su altura comprendo la situación.
Baldomero habla con la figura sentada de bronce de D. Ramón María del Valle Inclán, que difícilmente podrá responder, salvo que las estatuas de bronce incorporen un chip de conversación.

Don Baldomero, al parecer, desde que comenzó la crisis practica estos soliloquios escalofriantes.
Sostiene en ellos que casi nadie entiende lo que sucede, ni siquiera los expertos, ni sabe como remediar la situación en la que nos encontramos.

Le saludo y me indica con un gesto leve que hay lugar para mí en el banco de madera. Me sitúo respetuosamente dejando a Don Ramón en medio de los dos.

–¿Que es de su vida Don Baldomero? - le pregunto -.

Mira de reojo a Valle y le susurra al oído :
–Otro que confunde vivir con sobrevivir...

Se dirige a mi hablándome en tono bajo y actitud misteriosa observando con desconfianza los alrededores vacíos de gente. Me suelta atropelladamente:
–Rajoy me ha subido la pensión un uno por ciento; no me siento en absoluto una victima y, que sepas, que ha llegado la nueva inquisición y el masoquismo social hasta la puerta de las casas.

Espero un buen rato a que continúe con su explicación y como no lo hace, me dirijo provocativamente a Valle, para preguntarle con la máxima naturalidad:

–¿Me puede aclarar usted Don Ramón, las informaciones de Baldomero? .

Entonces caigo en la cuenta de que ya somos dos lo que hablamos con un pedazo de metal. Debe ser la falta de interlocutores sociales, me digo como disculpa.

Suena una voz cavernosa que me da un susto de muerte. Es Baldomero que esconde su boca tras el pañuelo :

–Me revalorizaron la pensión en setenta euros al año y me joden noventa y seis en medicamentos, cuatrocientos más con los incrementos de la luz, el gas, y el nuevo IVA...¡ menudo negocio!

–Me han hecho dudar Rajoy y sus colaboradores, sobre mi responsabilidad en la crisis, después de trabajar cuarenta años, ocho horas al día, con un salario muy ajustado , y a pesar de ello, procurarle una formación y estudios - hoy inútiles-, a mis dos hijos, que no tienen nada de inútiles, pero como si lo fueran.

–He terminado de pagar mi piso después de treinta años de hipoteca,y aún pude ahorrar unos pocos euros gracias a sacrificios y privaciones austeras.

–Te confieso además, que he llegado a sentir agradecimiento patológico de este gobierno, por el hecho de que todavía me paga la pensión por la que cotice toda mi puta vida.
 Debí de padecer transitoriamente algo así como el Síndrome de Estocolmo.

–Pero esto se acabó. Y ello gracias a Don Ramon aquí presente, porque me aclaró la situación definitivamente, y ahora ya se que España no está aquí, sino en Alemania, y en la bolsa de Nueva York.

–Se que mis hijos volverán a tener trabajo, pero en América o en centro Europa, y que la banca, el capital, los financieros y el rescate, son solo la coartada de una crisis que nos llevará inevitablemente a través de las reformas de Rajoy y Feijoo, a convertirnos en el esperpento de lo que fuimos...

De reojo, mientras le escuchaba volví la mirada hacia Don Ramón.

Me pareció entonces que nos  estaba escuchando atentamente, y recordé sus libros y aquellas divinas palabras que dan lugar a todas las farsas, y a la promoción de tantos tiranos banderas que solo buscan permanentemente como disculpa la cabeza del Bautista, en esta inacabable y dramática sonata de otoño que nos conducirá, de no reaccionar a tiempo, a convertirnos en sumisos esclavos que votan como parvos mientras vociferan...
¡ viva mi dueño !...