sábado, 15 de outubro de 2011

Cita con Rama


Ese es el título de una misteriosa novela de ciencia ficción, en la que una inmensa nave extraterrestre se aproxima a la Tierra. No están muy claros en la novela los propósitos que persiguen quienes hayan construido esa nave, que no aparecen en ningún momento, y que después de muchos avatares la hacen pasar de largo ignorando nuestro planeta, perdiéndose más allá del sistema solar a gran velocidad.
La conclusión a la que se llega después de haber investigado dicha nave con una expedición terrícola “ad hoc”, es que los Ramadianos, –así les llaman a los seres que debieron construirla–, lo hacen todo por triplicado.
Aquí, en Galicia, sentimos en la práctica como propios esos modos galácticos y por esa razón y alguna otra hacemos también cosas poco comprensibles para los foráneos. Tenemos por ejemplo, la obsesión de construir todo lo público por duplicado como mínimo o por triplicado mejor. Especialmente si lo costea el Gobierno de España. No está clara esa exigencia constructiva de Galicia ni el objeto o el fin de porque se hace así. Hay quienes lo achacan a cierto minifundismo mental, pero son los menos.
Tres aeropuertos; tres universidades; dos puertos exteriores, dos autovías con la meseta, un AVE con tres conexiones, tres facultades de medicina, etc.
¿Qué sería de nosotros sin los tres aeropuertos? Sin duda, teniendo en cuenta que somos viajeros obsesivos, nos veríamos muy limitados en nuestra huída terapéutica y masiva del país.
Tenemos tres universidades: Este nivel de competencia e investigación ya sabemos que es caro, muy caro, pero es posible lograrlo aquí y mantenerlo gracias a nuestra riqueza económica derivada de la producción de patatas de Coristanco, sardinas de Portosín, hoteles con encanto de Compostela, y berberechos de Testal.
Tenemos dos puertos exteriores en construcción, uno en aACoruña y otro en el Ferrol. Uno de ellos, el de A Coruña, lo estamos construyendo en mar abierto con los recursos económicos que nos envían de Europa y del resto de España gracias a una conocida negociación llena de altruismo y generosidad.
Es algo insólito, arriesgadísimo y no experimentado en ningún otro lugar. Y estamos orgullosos de que este puerto cueste casi el doble que la Ciudad de la Cultura, aunque de ese extremo hablamos y escribimos poco porque más vale pasarse en el precio que gastarlo en mala mercancía.
Ahora tenemos un Gobierno con mayoría absoluta –que equivale por ejemplo a tres BNG–, y que ya extrañábamos en Galicia después de cuatro años de solo tener uno solo y “bipartido”; tres o mayoría es siempre aquí el número importante a mantener como tradición.
Solo nos resta, para parecernos más a los ramadianos de Clark una clara división tripartita nacional gallega con: el idioma, el territorio y los ciudadanos. En ello parece que trabaja este nuevo Gobierno gallego. Y creo que si no se apura más en ello es por dos razones:
a) Los únicos y mayoritarios grandes pilotos del país, no tienen en estos momentos motores de impulsión lo suficientemente avanzados,
y b) El presidente de Galicia, Comandante en Jefe de nuestra querida nave galaica, don Alberto Núñez Feijóo tiene el alma satisfecha con este presente y no nos quiere prometer nada del futuro…

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