venres, 9 de novembro de 2012

AFOROS Y CONTROLES


ONTROLES
AFOROS Y CONTROLES

Tengo comentado en más de una ocasión aquella afirmación de un conocido político gallego, que mantenía que era conveniente tener siempre “ a mano” algún culpable sobre determinados asuntos delicados, para así poder responsabilizarlo en caso de necesidad.
Es decir, hacer bueno el dicho de que :“errar es humano, pero es más humano echarle la culpa a otros.”

Y todavía es mejor, decía este personaje, que  “a ser posible  no se entere aquel al que le endilgas la carga de cualquier fracaso o accidente cuya competencia final sea tuya”.

–Es más, debes estar dispuesto a disculparle moderadamente, porque además de quedar bien, reafirma su infracción ante los jefes.

Estos comentarios cínicos y ventajistas me recordaron los debates de estos días sobre la responsabilidad última de lo sucedido en Pabellón Municipal Madrid Arena, que tuvieron como consecuencia la muerte de cuatro chicas jóvenes.

Al respecto de todo ello me pidieron opinión sobre el grado de control e inspección, que tiene la administración en general...

Lo cierto es que hasta donde llega mi experiencia, el Estado controla mal sus responsabilidades, quizás con la salvedad de las inspecciones - cuando se hacen - de Hacienda.

Las Comunidades Autónomas ( la Xunta es una gran especialista ), tratan de desviar hacia arriba sus propias competencias responsabilizando - al Estado - y hacia abajo
- los ayuntamientos-cuando se producen asuntos comprometidos o de mala gestión.

Los ayuntamientos, ni inspeccionan, ni disciplinan por si mismos todo lo que debieran, unas veces por su dimensión y la falta de medios humanos y materiales, otras veces por presiones o razones inconfesables de carácter vecinal, y en ocasiones, por falta de voluntad política y defensa de otro modelo de gestión, como parece ser el caso de Ayuntamiento de Madrid.

Un asunto tan grave como el del Pabellón Arena, saltó a la luz pública y a los medios de comunicación solo por el hecho de haberse producido en aquel recinto victimas mortales.

Debiéramos saber sobre esta cuestión que en toda España, (en Galicia dos huevos duros más, como en casi todo lo negativo), no suelen respetarse los aforos o capacidad de los centros de ocio, - al parecer causa primera de la tragedia - , porque según un principio no escrito, “la rentabilidad económica de estos negocios y la seguridad de sus instalaciones y los aforos, están seriamente reñidos entre si”.

Como consecuencia, todo aquello que es improbable que suceda, permite y anima al promotor de cualquier evento llevarlo a cabo sin controles, sobre todo, sabiendo que no existen en este sentido inspecciones molestas de las administraciones.

Los tribunales determinarán - quizás dentro de unos años - lo que sucedió y sus porqués, y para entonces, tendremos casi con seguridad un responsable de este drama, que ya estará olvidado por todos, salvo por las familias de las victimas.

Lo que demuestra una vez más, que aquí siempre se entendió y aplicaron mal  los grandes principios y las normas, en relación con las responsabilidades da cada quién.

O dicho de otro modo y, a lo bestia, aquí no hay principios, hay solo circunstancias...

Seguro que alguien ya tiene pensado quien puede ser el cabeza o cabezas de turco necesarias, del que nos hablaba aquel político...

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